La Escuela de Traductores de Toledo

Como norma general, le gente relaciona la Escuela de Traductores de Toledo con el rey Alfonso X (1221-1284), sin embargo, esta fue fundada en el siglo XII por el arzobispo de Toledo y gran canciller de Castilla, de 1126 a 1150, Raimundo de Sauvetât, un monje cisterciense de origen francés.

Su origen se encuentra en la presión que ejercieron sobre judíos y algunos musulmanes los ataques de los invasores almorávides y almohades que, durante los siglos XI y XII, obligaron a aquellos a emigrar hacia los reinos cristianos peninsulares del norte, llevando con ellos siglos de sabiduría que el pueblo árabe había adquirido con el paso del tiempo.

Así, fue Toledo, desde 1085 ciudad cristiana conquistada por Alfonso VI de Castilla, la ciudad escogida para crear en ella el núcleo desde el que difundir toda esa cultura.
La Escuela tuvo dos épocas de esplendor, una durante el tiempo del citado D. Raimundo, y otra en el siglo XIII con el rey Alfonso X.


Primera época: el siglo XII

Escuela de Traductores en latín

Toledo reunía una importante población cristiana, musulmana y judía  y a esa ciudad habían ido a parar restos de importantes bibliotecas del mundo árabe, entre otras la del califa Al Hakam II. El término «escuela» puede llevar a confusión, ya que no se trataba del concepto de escuela que tenemos hoy en día, un conjunto de aulas, alumnos y maestros, sino que se trataba de estudios aglutinados en un mismo lugar: en unas bibliotecas en las que se compartían  métodos de trabajo centrándose en un mismo campo: la ciencia árabe.

La obra esencial de la escuela de traductores de Toledo fue la difusión de la filosofía y la ciencia griegas, a través de traducciones. El método que se seguía consistía en traducir las obras del árabe al romance castellano, y del romance castellano al latín. Al menos así lo hacían dos de los más insignes traductores de esa escuela: Domingo Gundisalvo (pasaba del romance al latín) y Juan Hispano (traducía el árabe al romance). De esta manera Toledo y los reinos hispánicos se convirtieron en los grandes transmisores de la cultura clásica al resto de Europa Occidental.      

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Segunda época: el siglo XII

 Escuela de Traductores en romance

En esta segunda época aparece la figura más conocida: la del rey Alfonso X el Sabio como patrocinador de la misma. La labor de la escuela hizo posible que muchos traductores y obras se dieran a conocer a través del trabajo que se realizaba en la misma. En esta segunda época también es importante el papel de los hebreos, ya que se cree que fueron ellos quienes convencieron al rey para emplear la lengua vulgar como lengua didáctica. De este modo, impulsaron la traducción al castellano del Antiguo Testamento, y la redacción de obras de carácter histórico y científico, para poder ser entendidas por los lectores que solo conocían el castellano.

Junto a la difusión cultural realizada a través de esta escuela de traductores, hay que señalar la obra cultural del rey Alfonso X. Ingente obra si se tiene en cuenta que alcanza a campos muy diversos: obra jurídica (Las Siete Partidas), estudio de Astronomía (Tablas astronómicas alfonsíes), obras históricas (Estoria de España y la Grande e General Estoria), poesía (Cantigas), y obras de otra índole (Libros de axedrez, dados e tablas).
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  Fuentes:  Página Kairos de Ministerio de Educación 
Traducciones Textualia                                                                                                  

Comentarios

  1. Gracias a este artículo pienso ir a Toledo a descubrir los inicios de la escuela de traductores

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  2. Con este artículo he descubierto cosas que desconocía. Muy interesante!

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